Oportunidades en la periferia

Atenta a los desafíos, la LBV de Bolivia enfoca su trabajo en regiones con grandes demandas sociales.

de la Redacción

19/03/2015 | Jueves | 9:15 horas | Actualizado el 22/09 a las 16:17 horas

Tres veces por semana, un equipo de la Legión de la Buena Voluntad de La Paz, Bolivia, se dirige hacia el mismo destino: la urbanización Buena Vista, en la ciudad de El Alto. El grupo, formado por una cocinera, una asistente social y profesionales voluntarios, sale de la capital boliviana (aproximadamente a 10 kilómetros del lugar), en una van (furgón) cargada de alimentos, con la esperanza de poder brindar condiciones favorables para que las mujeres, y en especial las madres, logren su autonomía.

Muy temprano, el equipo de la Institución llega a la comunidad y empieza a preparar las comidas que servirán a las familias, un refuerzo considerable en la precaria dieta de aquellas personas. El período de la tarde se reserva para el aprendizaje. En las dependencias del centro social, jóvenes y mujeres adultas, se reúnen para participar en los cursos de alfabetización y de capacitación técnica que apuntan a promover mano de obra femenina calificada y generar recursos. Entre esas actividades se destacan las clases de chocolatería, confección de flores artificiales, mantas y ponchos.

Gladis Flores Mamani, de 31 años, madre de cuatro hijos, dice que el salario que recibe su marido no es suficiente para cubrir los gastos de la casa, a pesar del esfuerzo diario que él realiza. Por esto, hace mucho tiempo quería aprender algún trabajo manual que le ofreciera la oportunidad de tener una entrada extra: “Cuando me enteré que la Legión de la Buena Voluntad ofrecía cursos en su Centro de Capacitación Técnica, fui una de las primeras en inscribirme”, cuenta. Gladis aprendió la técnica de macramé y ya ve los resultados: “Estoy muy feliz y agradecida a la LBV. Ahora, puedo producir muchas piezas y venderlas, ayudando a mi familia”.