De nieto a padre: Joven deja empleo y estudios para cuidar a la abuela con Alzheimer

Marine Luz

10/03/2016 | Jueves | 16:47 horas | Actualizado el 22/09 a las 16:07 horas

Recibir la noticia que un familiar tiene la enfermedad de Alzheimer no es fácil; ya que son muchos los desafíos y los cambios por los cuales la familia pasará a lo largo del avance de la enfermedad. Encararla con buen humor y delicadeza fue la estrategia utilizada por el joven brasileño Fernando Aguzzoli, que resolvió dejar la facultad de Filosofía y el proyecto de abrir su propia empresa, para dedicarse exclusivamente a su abuela, o abuelita Nilva, como cariñosamente él la llamaba. En esos momentos, él tenía 22 años.

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“Al inicio, creía que era algo semejante a la amnesia, olvidos. Fui a investigar y descubrí que sería algo aún peor. Fue de hecho terrible, pero ella continuaba siendo mi abuela, la misma de siempre”, contó en una entrevista a la revista Buena Voluntad. El motivo para lidiar con la enfermedad positivamente, él mismo lo explica: “Yo iba a enloquecer si llevaba la enfermedad en serio, porque es muy mala y dura. Optando por una atención en la que la delicadeza y el buen humor tomasen cuenta, todo sería posible; mis padres y yo no enloqueceríamos y mi abuela reiría mucho, a carcajadas, el tiempo que nos restaba en la jornada”.

Fueron seis años conviviendo con la abuela Nilva y el Alzheimer. Las experiencias vividas, a veces inusitadas, a veces dramáticas y las lecciones aprendidas durante el período, lo inspiraron a crear una página en una red social. El éxito de los relatos de su rutina un tanto fuera de lo común y los diálogos compartidos con la abuela fue tan grande que generó el libro ¿Quién, yo? Una abuela. Un nieto. ¡Muchas lecciones de vida!

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Fernando Aguzzoli con sua abuela Nilva

Durante ese período, la relación entre nieto y abuela se estrechó aún más: “El Alzheimer, en muchas familias, viene para unirlas. Mi abuela y yo siempre fuimos cercanos y también muy amigos, pero, después de la enfermedad, pasamos a ser los mejores amigos y, más tarde, construimos una relación semejante a la de padre e hija”, dijo Aguzzoli.

En diciembre de 2013, Doña Nilva no resistió una infección urinaria, poco antes de cumplir 80 años de edad. Feliz por haber tenido la oportunidad de cuidar a quien lo cuidó, Fernando deja un mensaje a todos los que pasan por una situación semejante a la suya: “A veces, puede parecer que, si nos apartamos, todo será diferente y no sufriremos, pero una conciencia limpia no tiene precio ni retorno (...). Lleven la vida de una forma más alegre, alto astral. Si no compartimos sonrisas con quienes amamos, toda dificultad que encontramos será insuperable. La paciencia es necesaria, mucha paciencia, pero, ¡teniendo Buena Voluntad y amando a la persona que cuidamos, todo es posible!”.