Educar para la Paz

La pedagogía de la LBV ayuda a reducir los comportamientos de riesgo en escuelas norteamericanas.

Sâmara Caruso y Danilo Parmegiani

25/10/2016 | Martes | 14:28 horas | Actualizado el 01/11 a las 11:40 horas

Mediante el programa Estudiantes de Buena Voluntad por la Paz (en inglés, Good Will Students for Peace), la Legión de la Buena Voluntad (LBV) de los Estados Unidos ofrece a escuelas públicas norteamericanas un importante apoyo en la reducción de comportamientos de riesgo. Con la iniciativa, la Entidad tiene como objetivo, además de fomentar el desempeño académico de los niños y de los adolescentes participantes, ayudar a consolidar de manera positiva su personalidad, contribuyendo, de esa forma, a que sean personas de Bien y que colaboren en la edificación de un mundo mejor y en la promoción de la Cultura de Paz.

Así, de acuerdo con la línea educativa de la LBV —formada por la Pedagogía del Afecto y la Pedagogía del Ciudadano Ecuménico— y con las directrices del programa, educadores de la Institución actúan en alianza con los profesores de los colegios asociados a ella, realizando actividades solidarias creativas dentro y fuera del aula, las cuales son incluidas en el currículo escolar. El objetivo de éstas es siempre impulsar el desarrollo integral de los alumnos, ya que la LBV tiene en cuenta no solo la parte cognitiva, sino también las dimensiones más allá del intelecto de las personas, es decir, la espiritual, la física, la psíquica y la social, conforme defiende el educador Paiva Netto, creador de la propuesta pedagógica de la Entidad. Para que este objetivo se alcance, se busca estimular el protagonismo de los educandos en acciones diversas tanto en la escuela como en la comunidad, entre las que están la preservación del medio ambiente y la lucha contra el hambre, y el bullying. Más de dos mil estudiantes del Estado de Nueva Jersey participaron en el referido programa, que tiene una duración de tres meses en cada una de las respectivas ediciones.

APRENDIZAJE PARA LA VIDA

Adriana Parmegiani
El niño Mohammed exhibe el pin con el distintivo de la LBV.

El éxito de la aplicación de la propuesta educativa de la Legión de la Buena Voluntad puede ser comprobado observándose casos reales de transformación personal, entre estos el de Mohammed, de 9 años, que formó parte de la citada iniciativa de la LBV en 2014. El episodio narrado a continuación muestra lo que la educación de calidad y dirigida a los buenos valores es capaz de hacer por el ser humano.

Recientemente, voluntarios de la Institución que emprendían el programa Ronda de la Caridad*, en uno de los albergues temporarios para familias en situación de extrema vulnerabilidad social en Newark, Nueva Jersey, fueron sorprendidos e impactados por un acontecimiento nada común. De la fila de los que esperaban para recibir la nutritiva comida llevada por la LBV y pasar por exámenes de salud salió Mohammed. El niño, que estaba viviendo con la madre y el hermano en aquel lugar y esperaba, junto a los demás, la atención, se acercó al equipo de la Entidad y dijo: “¡Hola! Yo soy un Estudiante de Buena Voluntad por la Paz y también quiero ayudar. Voy a mi habitación a buscar mi pin”. Él, entonces, subió entusiasmado las escaleras para tomar el distintivo de la LBV (un corazón azul), que todos los alumnos reciben al concluir la participación en el programa. Cuando retornó, ostentaba en el pecho el emblema y, con una dulce sonrisa, anunció: “¡Ahora estoy listo! ¿En qué puedo ayudar?”. Inmediatamente, asumió un puesto en la distribución del chocolate caliente. Terminó el día feliz por haber contribuido a beneficiar a aquellos que se encontraban en condición social semejante a la suya y la de su familia.

Adriana Parmegiani
Después de exhibir con orgullo el pin con el distintivo de la LBV, recibido después de su participación en el programa Estudiantes de Buena Voluntad por la Paz, el niño Mohammed, rodeado por el equipo de voluntarios de la Institución, distribuye chocolate caliente en el albergue para familias en situación de vulnerabilidad social en Newark, Nueva Jersey, EUA.

Esa historia constituyó una poderosa lección para todos nosotros, aún más si consideramos que el ejemplo fue dado por un niño, que, por tener el corazón y el Espíritu dotados de valores elevados, reconoció la importancia de su papel en el liderazgo solidario, que igualmente tenemos y debemos ejercer para la construcción de un planeta mejor, justo y fraterno.



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*Ronda de la Caridad: Se trata de un trabajo emergente de amparo a personas en situación de calle. El servicio itinerante que lleva comida, apoyo social y fortalecimiento espiritual. La acción busca también concientizar al ciudadano de su propio potencial y habilidades, para que pueda desarrollarlos y, así, asegurar el sustento personal.